viernes, 7 de agosto de 2009

°Una estrella muere°

Hoy era una noche de esas donde el cielo se ve estampado de estrellas, unas con un color algo rojizo, otras con un color azul y otras cuantas de un amarillo (¿Sabías que así se mide la edad de las estrellas?).

Me quedé viendo las estrellas, era ya media noche y el sueño aun brillaba por su ausencia las estrellas me decían todo lo que yo te quería decir en ese momento, desde que me moría de ganas por estar contigo, hasta que aunque estemos lejos; no puedo para de pensar en ti. Las estrellas me recordaron entonces el brillo de tus ojos (por cierto, que brillo!), las noches que pasamos juntos diciendo que nos amábamos y que nunca nos dejaríamos. Quien diría que ese nunca se convertiría en un después. En el después demasiadas cosas pueden pasar, en el después las personas se extrañan, se necesitan, se buscan pero nunca se encuentran.

Sigo mirando las estrellas y ahora lo único que pasa por mi mente: ´´te extraño´´, pero es que todo ha sido tan difícil desde que te fuiste, las noches se ven tan extrañas, tan aburridas, tan faltas de algo. Y ese algo eres tú. Saqué mi vieja libreta de historias, hace tiempo que no encontraba esta inspiración para escribir. En la libreta encontré viejas historias que hablaban sobre ti, ahora me parecen tan absurdas (y algo cursis).

Después de leer las historias voltee la vista al cielo para seguir viendo las estrellas y percatarme de que faltaban solo unas pocas horas para que volviera a salir el sol, la estrella que miraba tenia su encanto, algo mas brillosa que las demás. No dejaba de admirarla, en eso vi como poco a poco su gran brillo fue apagándose lentamente hasta desaparecer por completo. Lloré como una niña cuando pierde algunos de sus juguetes, como lo hacen los bebes si les quitas su chupón, no tardé en reaccionar y subí inmediata mente al ático para coger mi maleta favorita (sí, la misma maleta que me viste usar cuando me encontraba pérdida y apunto de salir corriendo del país a causa de un mal de amor y me rescataste del hoyo en el que me encontraba), tomé mis prendas favoritas, mis libros, fotografías viejas, y tomé el avión que debí de haber tomado desde aquel día.

Me Llevó hasta donde estabas.