lunes, 27 de diciembre de 2010

Con el próximo año acercándose...

Realmente odio cuando se acerca otro fin de año, ¿por qué? Porque siempre es fastidioso mirar al pasado y ver que no haz conseguido ninguno de tus propósitos del enero pasado...
...Sí, ¿cuántas veces no nos ha pasado esto? Yo creo que en mis 17 años siempre me ha pasado... O al menos eso creía. Este año ha sido realmente increíble, desde el primer día del año realmente, especialmente cuando me prometí olvidarlo (bueno, ese propósito sí lo logre), conocí a tanta gente, hice tantas cosas que dije que jamás (¿o nunca?) iba a hacer, nuevas amistades que hice, nuevos amores que vi llegar y al mismo instante irse. Pero el mejor de esos amores es el que aún sigue (pero ese lo dejo para después).
En fin, a unos días de acabarse el año escucho la vieja música melancólica que te recordaba tantas cosas, y hoy no te recuerda nada, pero sin embargo sabes que en algún momento de tu vida significaron algo (o todo...).; otro de mis propósitos fue pasar de semestre, y bien, lo logré (aunque quizá no como lo esperaba)... Quizá el propósito más tonto que me propuse fue el de no enamorarme, ¿saben?, resulto ser imposible, terminé enamorada. Y grave. Pero puedo decir (y espero nunca arrepentirme de haberlo escrito), que ese enamoramiento ha hecho mi 2010 de lo mejor que pudo (o haya) sido cualquier otro año, pues bien, conocí a mi mejor amigo y compañero (espero) de la vida. Mi excepción. Mi amor. Mi Josafat.
Me propuse volver a verlo, sí, otro de mis propósitos no logrados (y tal vez fue para bien... Aún me falta descubrirlo), propuse bajar de peso, y lo logre (ya sé, todos dicen eso y nunca lo logran, pero yo sí lo logre).
En conclusión puedo decir que que este 2010 ha sido de los mejores años de mi vida, por no exagerar al decir que es el mejor, las aventuras que pase acompañada, y sola, los momentos de tristeza, de alegría, de llanto amargo, de soledad infinita, los felices, los románticos, todos y cada uno de ellos han hecho mi año de lo mejor.
Gracias 2010. Bienvenido 2011.

martes, 27 de julio de 2010

Inspiración

Pero esta vez tenía lo que hace tiempo me faltaba, y no se sentía bien como esperaba que se sintiera, quizás era la ausencia de alguien con quien festejarlo. La inspiración ya no era un problema para mí, pero ya no estabas ahí.

Te buscaba en el celular (que miraba absurdamente sabiendo que ni un mensaje me llegaría), en el patio de mi casa, en las cartas que llegaban, pero en ningún lado estabas tú; si tan solo supieras que me fuiste de gran ayuda, y que aún te recuerdo con tanta ternura como pasaba antes… Generalmente no suelo hacer las cosas como las hice, nunca había hecho algo como eso sin sentirme tan mal. Había olvidado lo que se sentía el vacío. Y te escribo esta carta no para que te preocupes por mi, o como una disculpa (aunque quizás debería considerar la idea de una disculpa), sino para seguir fastidiándote como lo he hecho todo este tiempo.

Te quiero y te necesito más que nunca, pero me haz pedido que ya no te busque, y no puedo hacer otra cosa. Lamento haberte hecho, y aquí esta la única y sencilla verdad, todo este tiempo solo haz sido tú en mi, no existió nadie (aunque quizás por un momento sí), y esperaba que quizás, en algún futuro (no) lejano, volvieras a sentir eso que en un pasado sentiste.

¿Qué hacer?

_¿Hice algo mal para qué me dejarás?.
-Sí, quererme demasiado.


Esas habían sido las últimas palabras que se dijerno Paula y Gabriel antes de separarse. Paula había jurado dar todo por Gabriel, Gabriel se había jurado que jamás podría querer a una persona por sus tantas decepciones amorosas. No era él el del problema, aunque quizás su personalidad bi-polar afectaba un poco.
Gabriel era un chico aceptable (1.75 m, cabello chino, blanco de piel, ojos verdes), pero siempre tenía la desdicha de no poder encontrar el amor, o al menos no el correspondido. Toda su vida buscaba a alguien que le diera esa recíprocidad en el amor pero jamás la había encontrado.
Un día, en una de las tantas fiestas de la universidad, Gabriel se encontró con una de sus viejas compañeras de la secundaria, Paula, empezaron a hablar tratando de recordar viejos tiempos, riendo, y tomando un poco de vino. Gabriel no pudo evitar sentir que su corazón actuaba de forma diferente estando con ella (al menos en ese momento), pero quizás era solo una corazonada más que terminaría por ser ignorada como muchas otras.

Con el paso del tiempo Paula y Gabriel se fueron frecuentando más seguido. Se necesitaban. Gabriel estaba experimentando el amo recíproco, el amar a Paula sabiendo que ella lo amaba igual, el saber que sus besos eran correspondidos por ella, la necesidad de un mensaje para saber algo de ella, el ¨te quiero¨ matutino, el ¨te necesito¨ vespertino, y el ¨te amo¨ nocturno. Todo eso y más era lo que le brindaba Paula a Gabriel. Pero no todo fue ser feliz en esta vida. Gabriel pensaba demasiado, y en el amor eso puede ser peligroso.

Quizás no era eso lo que esperaba del amor, quizás eran más emociones de las que podía soportar, no lo sabía, pero sabía que eso tenía que terminar. Esa misma tarde vió a Paula, indiferente (o quizás diferente a como la veía antes), la seguía viendo con los mismos ojos de amor con los que la veía antes, pero con el nuevo vacío extraño que estaba dentro de él. Creo que tenemos que terminar con esto -le dijo Gabriel a Paula-, no creo que nos este haciendo bien, y creo que puedes conseguir a alguien mejor. Pero no necesito a nadie mejor Gabriel, te necesito a ti -le dijo Paula con lágrimas en los ojos-, todo este tiempo haz sido tú, tú eres el único que me hace sentir bien, él único que me hace sentir esto.
Pero a Gabriel no le importaron la palabras de Paula, y marchó con un simple ¨Adiós, espero que lo entiendas¨.

Gabriel sentía un extraño hueco desde aquella conversación, pero suponía que era normal (o quizás quería evitar pensar en ella),así que acudió con Fernando sabiendo que el era su mejor amigo, el único que lo conocía perfectamente, y que sabía que jamás podía mentirle. ¿Por qué la sigo extrañando? -dijo Gabriel- Quizás deberías de ir por ella, en el fondo sabes que la sigues amando -le respondió Fernando-.
Gabriel tomó su abrigo, su paraguas, y salió corriendo a buscar a Paula con la única ce
rteza de que aún la seguía amando, y ella a él igual.

miércoles, 10 de febrero de 2010

~Estaciones~

Otra temporada de lluvia y junto a ella el frío. La razón no daba para más, y quería ganar.
Se aprovechaba de sus ausencias (aun que solo duraran unos instantes); nos conocimos hace un año, era febrero, nos unió el destino (o la casualidad). Quizás no recuerdo sus primeras palabras, o sus acciones, pero recuerdo mis primeros pensamientos cuando lo vi: "¿Quién es él?", pensamientos que fueron respondidos instantes después de tales. Alfredo -le dijo la voz fuerte frente a ella; Jhoanna -le respondió la voz débil frente a él-.
Aquellas siete letras no salían de mi cabeza, lo vi por primera vez y varios sentimientos encontrados pasaron de ser nada a ser todo.

Los días fueron pasando, la primavera casi llegaba y mis sentimientos cada vez estaban más encontrados que ocultos. Después surgimos nosotros, nos teníamos; nos acompletabamos. Siguieron pasando los días y la primavera ya estaba en nosotros, disfrutábamos aventarnos al pasto y ver como lentamente surgían las hojas de los árboles. Más días pasaron y los árboles que veíamos ya estaban más verdes que cafés, el verano nos alcanzaba y nosotros nos distanciábamos.
El verano nos separó una temporada, el otoño nos volvió a juntar y el amor que habíamos perdido en la primavera volvía a surgir. Nos quedabamos de nuevo acostados en el pasto viendo las hojas caer. El invierno llego tan rápido como se fue el otoño, y nos distanciamos otra vez.

Ahora, hoy, a punto de ser primavera, nos volvimos a juntar, su voz me despertaba -Jhoanna, debes despertar-, se escuchaba su voz llamándome, -claro mamá, ya voy-, le respondí. Quizás Alfredo había sido solo un sueño, pero había sido todo para mi una noche y estoy segura que para él, también fui todo una vez.
Nos encontramos en invierno, y desde entonces, nunca nos hemos dejado de querer.

viernes, 8 de enero de 2010

°Puntos suspensivos°

Cuando descubrió que posiblemente era ya muy tarde para decir la verdad dejó aún lado las posibilidades y le dijo todo lo que sentía, cada sentimiento (por absurdo que fuera), que tenía guardado dentro de ella.
Si era tarde, o no, preferiría averiguarlo y no quedarse con la duda en lugar de los típicos ¨What If¨. ¿Era tarde? -demasiado- le contestó la vocesita interna, -lo es- dijo aquella voz grave sentada aún lado de ella.
Ha pasado antes -insistió ella-, antes parecía no importarte, ¿qué hace diferente esta vez?. La voz grave no contestaba, -se hace tarde, llevame a casa- dijo ella. El camino a casa fue lo que provocó la rendición de ella, sus lágrimas ¨no vistas¨, y el frío que calaba su corazón, le hizo darse cuenta que en ocasiones sí es demasiado tarde para decir la verdad, y sin embargo, la satisfacción de haberlo hecho era incomparable .
Al fin había logrado llenar ese vacío que hace tiempo sentía dentro y cambio las lágrimas por una sonrisa y lágrimas (que cuando están unidas no se sienten las lágrimas amargas). Llegando a la casa desabrocho su cinturón y menciono en voz baja: ¨Gracias por traerme¨ y en su mente solo insistían las palabras ¨HUBIERA SIDO UNA BONITA 5TA. VEZ¨.

FIN...

lunes, 4 de enero de 2010

°En Ruinas°

FELIZ AÑO NUEVO!!! :D
Eso quiere decir, nuevas entradas!