miércoles, 10 de febrero de 2010

~Estaciones~

Otra temporada de lluvia y junto a ella el frío. La razón no daba para más, y quería ganar.
Se aprovechaba de sus ausencias (aun que solo duraran unos instantes); nos conocimos hace un año, era febrero, nos unió el destino (o la casualidad). Quizás no recuerdo sus primeras palabras, o sus acciones, pero recuerdo mis primeros pensamientos cuando lo vi: "¿Quién es él?", pensamientos que fueron respondidos instantes después de tales. Alfredo -le dijo la voz fuerte frente a ella; Jhoanna -le respondió la voz débil frente a él-.
Aquellas siete letras no salían de mi cabeza, lo vi por primera vez y varios sentimientos encontrados pasaron de ser nada a ser todo.

Los días fueron pasando, la primavera casi llegaba y mis sentimientos cada vez estaban más encontrados que ocultos. Después surgimos nosotros, nos teníamos; nos acompletabamos. Siguieron pasando los días y la primavera ya estaba en nosotros, disfrutábamos aventarnos al pasto y ver como lentamente surgían las hojas de los árboles. Más días pasaron y los árboles que veíamos ya estaban más verdes que cafés, el verano nos alcanzaba y nosotros nos distanciábamos.
El verano nos separó una temporada, el otoño nos volvió a juntar y el amor que habíamos perdido en la primavera volvía a surgir. Nos quedabamos de nuevo acostados en el pasto viendo las hojas caer. El invierno llego tan rápido como se fue el otoño, y nos distanciamos otra vez.

Ahora, hoy, a punto de ser primavera, nos volvimos a juntar, su voz me despertaba -Jhoanna, debes despertar-, se escuchaba su voz llamándome, -claro mamá, ya voy-, le respondí. Quizás Alfredo había sido solo un sueño, pero había sido todo para mi una noche y estoy segura que para él, también fui todo una vez.
Nos encontramos en invierno, y desde entonces, nunca nos hemos dejado de querer.