jueves, 17 de noviembre de 2011

~Anti-Depresivos~

Tomaba todos los días anti-depresivos, pero aún así se deprimía diario, su partida la había dejado destrozada.

“Las cosas estarían peor”, se decía a sí misma a veces para sentirse mejor. De vez en cuando le escribía una carta espera una respuesta, o tan siquiera un eco, pero nada respondía, nada le llegaba. Ni siquiera la carta del banco avisándole que el pago se había atrasado. Cualquier carta la hubiera hecho feliz en ese momento.

Así que decidió seguir con su vida, trataba de no recordarlo pero cada segundo lo veía, junto a ella, tal como a él le gustaba. Diario iba al panteón a ver su tumba, le gustaba pensar que había sido un accidente, su corazón había tocado el cuchillo, no al revés.

Lo peor de su tarde era tener que regresar al reclusorio mental, a tomar más pastillas, a recordarlo más. De noche lo veía suplicándole por su vida, “fue un accidente”, le decía y quedaba dormida por el efecto de los somníferos.

Al despertar lo mismo: anti-depresivos, seguir su vida, mirarlo junto a ella, panteón, reclusorio, somníferos…

…Y su vida continuo con lo mismo todos los días, hasta que un día él ya no apareció frente a ella, y fue entonces cuando se dio cuenta de cuándo lo necesitaba, y que, sólo quizás, no había sido un accidente.

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