miércoles, 29 de abril de 2009

Con S de Soledad

Lo evitaba, eso era evidente. Lo que aun no me quedaba claro era el porqué.
¿Acaso no era yo la que
había aceptado estar con el?, ¿Habría esperado tanto tiempo para pertenecerle, por nada?, ¿Era yo o el el del problema?.
Unos meses
atrás daba todo por estar con el, pero desde aquel día....; aquel día fue fatal.
Un
día iba caminando por la calle 8 de febrero, como lo hacia diario de la calle 1de enero hasta la 12 de diciembre (extrañamente febrero era la única que no concordaba con su mes), era la calle mas larga que había. A lo lejos observe que dos perdonas se abrazaban cariñosamente, como nadie suele abrazar a su pareja, no, era un abrazo que mostraba añoranza, deseo.

Seguí caminando pero cuanto mas me acercaba mas familiar se me hacia la cara de el. Cuando llegue unos 3 metros cerca de esa pareja alcancé a ver que era Luis, mi prometido. No sabia que decir ni que pensar, solo me di la media vuelta y corrí a mi casa por aquella calle larga.
Me
encerré en mi habitación, no quería saber de nadie; mucho menos de el. Media hora después llego Luis. Me saludo como de costumbre (hasta me incito a hacer el amor, cosa que me negué completamente después de la escénita de el y “ella”), me sentía tan traicionada. Me dijo que tenia que conocer a alguien importante para el; supe que era ella.
Trate de negarme pero cuando ya me había citado a las 5:00 en el café Tacuba (Por cierto, en ese café fue donde nos conocimos ). No podía creer su ingratitud, me engañaba y me presentaría a mi rival en “nuestro café”. Dadas las 4:50 de la tarde emprendí camino a donde sabia que seria mi perdición.
Antes de entrar por la puerta del café respire hondo y entre. Lo vi en la esquina sentado con ella, antes de que me pudiera decir cualquier cosa discutí :
“Se que no soy perfecta, soy humana y como tal tengo mis imperfecciones, ¿pero cómo tienes la poca vergüenza de presentarme a tu amante en nuestro café?, donde claro recuerdas, nos conocimos.”
Luis soltó una carcajada que resonó por todo el lugar tratando de poder explicarme (la risa no le dejaba explicarme bien las cosas), que ella era su hermana Soledad. Me quede callada por varios minutos. Cuando reaccione gire en dirección a la puerta caminando de regreso a mi casa por la calle 8 de febrero.

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